31 de octubre de 2025
Vivir con una patología mastocitarias no solo implica gestionar síntomas físicos: también afecta a nuestras emociones, nuestra energía y nuestra manera de relacionarnos con el mundo. La incertidumbre, el miedo a las reacciones, la frustración o el cansancio emocional son experiencias reales y válidas.
Por eso el cuidado emocional es tan importante. Estos 10 tips son sencillos, aplicables y pensados para incorporar poco a poco, sin exigencias y respetando tus tiempos.
No se trata de hacerlo perfecto, sino de ir encontrando formas de escucharte y cuidarte mejor. Y recuerda: lo que sientes importa. No estás solo/a en esto.
1. Da nombre a lo que sientes
El primer paso para manejar una emoción es reconocerla. Sentir miedo, rabia, frustración o tristeza no te hace débil: te hace humana/o. Cuanto más conozcas tus emociones, más capacidad tendrás para avanzar.
Pregúntate: ¿Qué emoción está presente ahora mismo? (Elige solo una: miedo, tristeza, enfado, culpa o cansancio emocional).
2. Valida tu experiencia y evita la autoexigencia
Es normal necesitar más descanso, más preparación o más calma que antes. No es pereza ni falta de voluntad: es adaptación.
Recuerda: No poder no es no querer.
3. Introduce momentos de calma en tu día a día
Las pausas de respiración o los ejercicios de mindfulness (tomar conciencia del momento presente) ayudan a regular emociones intensas y a tomar decisiones desde la tranquilidad.
Ejercicio de respiración: durante un minuto, coge aire por la nariz contando hasta cuatro, sostenlo otros cuatro segundos y exhala despacio por la boca contando hasta seis. Repite varias veces, dejando unos segundos entre exhalación e inhalación para no hiperventilarte.
4. Enfócate en lo que controlas hoy
Con una enfermedad crónica, pensar demasiado en el futuro puede aumentar la ansiedad anticipatoria. Volver al presente y centrarte en el día de hoy te ayudará a sentirte más en calma.
Pregúntate: ¿Qué sí puedo hacer hoy para sentirme un poco mejor?
5. Revisa tus expectativas y ajústalas
Tu energía y tus tiempos pueden haber cambiado. Ajustar tus expectativas no es rendirte: es cuidarte y no exigirte más de lo que puedes dar en tu momento actual.
Consejo: prioriza lo urgente y lo importante para saber dónde poner tu energía.
6. Celebra los pequeños logros
Cada paso, por pequeño que sea, importa y merece ser reconocido.
Ejercicio diario: antes de dormir, nombra una cosa que hiciste y de la que te sientas orgullosa/o.
7. Aprende a pedir lo que necesitas
Decir lo que sientes y lo que necesitas no te convierte en una carga. A veces no pedimos ayuda porque creemos que “deberían darse cuenta”, pero los demás no pueden adivinarlo. Expresarlo con claridad facilita que te acompañen mejor.
8. Pon límites con amor y sin culpa
Explicar lo que puedes o no puedes hacer, y lo que te ayuda o te dificulta, te permitirá priorizarte sin sentir culpa. Los límites no alejan: cuidan tus relaciones y tu energía.
9. Evita el aislamiento y rodéate de quién suma
El aislamiento emocional empeora el ánimo, al igual que rodearte de personas que no te apoyan o te juzgan. Elige con quién compartir tu tiempo pensando en lo que tú necesitas para sentirte acompañada/o de verdad.
10. Construye rituales de autocuidado sostenibles
El autocuidado diario previene el agotamiento y mantiene tu bienestar. Te será más fácil si creas una rutina estable que no dependa del estado de ánimo.
Consejo: planifica tus momentos de descanso y placer, y date tiempo para ajustar esa rutina hasta que se sienta natural. de octubre
Desde la Fundación MÁS QUE IDEAS creemos que cuidar la salud emocional es una parte esencial del bienestar de las personas con enfermedades crónicas. Por ello, y junto con la Fundación Española de Patologías Mastocitarias, realizamos un ciclo de encuentros virtuales entre pacientes, familiares y profesionales, que ya está disponible en nuestra web
Compartir información, apoyo y recursos puede marcar la diferencia entre sobrevivir y vivir con calidad.
Porque cuando entendemos lo que sentimos, nos cuidamos mejor y caminamos acompañados.
Este artículo para blog de la Fundación MÁS QUE IDEAS ha sido escrito por Estefanía Romero, psicóloga y psicooncóloga.
Forma parte del personal técnico de MQI
0 Comentarios

Contesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

*

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

©2025 Fundación MÁS QUE IDEAS - Sumando en salud

Te escuchamos

Si quieres hacer algún comentario, pregunta o sugerencia, te animamos a llamar a nuestra puerta:

Enviando

Inicia Sesión con tu Usuario y Contraseña

¿Olvidó sus datos?